Coordinador:
Erick Valdés Meza. Universidad de Chile
Contacto para envío de ponencias:evaldes@uchile.cl
Resumen
Dos acontecimientos originados principalmente en Europa durante la primera mitad del siglo XX tocan de modo sensible el desarrollo y consolidación de las institucionalidades democráticas latinoamericanas: la inmensa expansión tecnocientífica y el gradual despotenciamiento de la ética tradicional como fuente de normatividad moral e instrumento de consenso social.
La expansión tecnológica ha puesto de manifiesto la hegemonía de la razón calculante que convierte al pensamiento en mero instrumento de una concepción pragmática del mundo actualmente imperante. Las motivaciones a partir de las cuales los seres humanos desarrollan su existencia se han modificado, presentando así al mundo actual como un escenario de confusos y sensibles dilemas morales. Por otro lado, la crisis causada por la incapacidad de la filosofía para, más allá de tentativas cosméticas, superar el relativismo moral y la tendencia a universalizar, por cualquier medio, las propias valoraciones, dificulta la obtención de consensos y cuestiona la posibilidad misma de una democracia participativa. ¿Debe la filosofía política alinearse con este nuevo escenario para no quedar relegada ni retrasada en su intento de encontrar fundamentos para generar criterios que orienten la existencia contemporánea?
Para responder, será necesario tener presente las discrepancias valorativas, ideológicas, religiosas y filosóficas que la globalización ha evidenciado. Esta diversidad axiológica supone generar procedimientos para garantizar el respeto y tolerancia por las diferencias, además de fundamentar el reconocimiento, por parte de aquellos que son diversos, de cierta mínima moral que permita cautelar condiciones de equidad para los seres humanos en el ejercicio de sus derechos y en el cumplimiento de sus deberes.
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