martes, 23 de diciembre de 2008

Sección 7 La modernidad iberoamericana como problema: una perspectiva cultural, política e histórica

Coordinadores:
Francisco Colom González. Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Centro de Ciencias Humanas y Sociales. Madrid, España
Peter A. Kraus. Universidad de Helsinki, Centre for Research on Ethnic Relations and Nationalism. Finlandia.
Tomás Pérez Vejo. Escuela Nacional de Antropología e Historia, México

Contacto para envío de ponencias:
Francisco Colom. e- mail: f.colom@cchs.csic.es

Resumen


Durante largo tiempo la modernidad se ha entendido como un proceso unitario y acumulativo irradiado desde Europa al resto del globo. La subjetividad moderna respondería a un tipo de estructura mental autorreferida capaz de interpretar el mundo desde instancias autónomas. Los gérmenes de este programa cultural se desarrollaron con la Reforma protestante, el nacimiento de las ciencias empírico-formales y los inicios del capitalismo mercantil. Por ello se ha denunciado a veces que los cambios sociales, culturales y políticos normalmente asociados con la modernidad habrían estado ausentes del ámbito ibérico o, a lo sumo, fueron recibidos en él como una derivación secundaria y tardía. Según la versión más negativa, la modernidad iberoamericana habría sido en realidad una contramodernidad cuyos efectos retrógrados se manifestaron como decadencia económica, oscurantismo religioso, retraso científico e incapacidad política. Pero también podemos reconocer un diagnóstico diametralmente opuesto: el de los defensores de una cultura supuestamente ecuménica, espiritualista y épica de raíz ibérica que reafirmaría su superioridad moral frente al materialismo decadente de la modernidad del norte.

Ninguna de estas perspectivas resulta plausible en la actualidad para definir una noción que ha perdido sus connotaciones teleológicas y deterministas. La modernidad no es la etapa final de un proceso gradual y cronológicamente ordenado. Tampoco su desarrollo se puede describir sin más como una crónica feliz e irreversible o como una dialéctica negativa que aherroja la libertad y la dignidad humanas. En realidad no hay una modernidad canónica sino múltiples modernidades. La modernidad es fundamentalmente una forma de mirar el mundo, un tipo de conciencia cultural y política capaz de percibir los cambios sociales, de reaccionar frente a ellos y de impulsar cursos de acción corregibles. Alude, pues, a procesos conscientes de transformación social cuyas tendencias pueden ser divergentes e incluso contradictorias. Por ello, movimientos de la modernidad fueron el Renacimiento, la Reforma protestante, la Revolución Científica o la Ilustración, pero también el encuentro con el otro más allá del océano y el sincretismo cultural forjado a raíz del mismo.

En correspondencia con esta perspectiva, esta Sección invita a presentar ponencias que interpreten los procesos culturales, políticos e históricos que han definido la modernidad iberoamericana. Con este propósito, la Sección se organizará en tres apartados:

El primer apartado incorporará ponencias que traten de identificar los rasgos culturales de la modernidad iberoamericana desde una perspectiva genealógico-intelectual y/o comparada.

El segundo apartado tratará las dinámicas moderno/antimoderno en los procesos de construcción nacional desde la independencia colonial y a lo largo de los conflictos para la consolidación del Estado constitucional en el siglo XIX.

El tercer apartado recibirá trabajos sobre los procesos de formación y movilización de las identidades políticas definitorias de la modernidad en el espacio iberoamericano; interesan especialmente los aspectos políticos/ideológicos de la gestión de la etnicidad y las perspectivas comparadas con otros entornos geopolíticos.

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